Enseñanzas

Nos orientamos en el campo abierto por S. Freud y conforme a la enseñanza de J. Lacan.


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Sigismund Freud cambia a los veintidós años su nombre por el de Sigmund. Nació en Freiberg, el 6 de mayo de 1856. Su padre Jakob fue un comerciante en lanas que tenía ya cuarenta y un años y dos hijos habidos en un matrimonio anterior cuando Sigmund nace. El mayor de sus hermanastros tenía aproximadamente la misma edad que la madre de Freud, Amalia -veinte años más joven que su esposo-. De ella destacaba para ser recordado: el amor sin desfallecimientos que ella le prodigaba, fuente de su confianza y seguridad de las que dio pruebas en todas las circunstancias. En su edad madura, Freud relató la impresión que le causó la situación familiar un tanto enredada pero de la cual destacó haber tenido como consecuencia la de despertar su curiosidad y aguzar su inteligencia.


En 1859, cuando Freud tenía 3 años, la crisis económica liquida el comercio paterno obligando a la familia a trasladarse a Viena, donde viven largos años de dificultades y estrecheces. Freud detestaba esta ciudad en la que reside hasta un año antes de su muerte, cuando, en junio de 1938 y a pesar de la intercesión de Roosevelt y Mussolini, se vio obligado, dada su condición de judío -sus obras habían sido quemadas en Berlín en 1933-, a emprender el camino del exilio hacia Londres como consecuencia del Anschluss, la anexión de Austria al rancio proyecto pangermanista de la Gran Alemania, preparada por los nazis con ayuda de Seyss-Inquart y los prosélitos austriacos.


Fue muy buen alumno durante sus estudios secundarios y, sin una vocación particular, estudió medicina. Dos cosas deben destacarse: una ambición precozmente formulada y reconocida y 'la aspiración de aportar algo, durante su vida, al conocimiento de la humanidad'. Su curiosidad 'que apuntaba más a las cuestiones humanas que a las cosas de la naturaleza' lo lleva a seguir durante 3 años las conferencias de Brentano, varias de ellas dedicadas a Aristóteles.


En 1876, después de cursar tres años de estudios médicos, Freud ingresa en el Instituto de fisiología dirigido por E. Brücke. Su primera publicación aparece en 1877; la última concerniente a la parálisis cerebral infantil, es de 1897. En el lapso de esos 20 años pueden contarse 40 artículos.


En 1886 se casa con Martha Bernays con quien tiene 5 hijos.


En 1883 es nombrado profesor libre, dictante de conferencias y en 1902, profesor honorario.


A comienzos de 1880, Freud se encontraba en la posición de investigador en neurofisiología y autor de trabajos de valor, pero que no podían permitirle, en ausencia de toda fortuna personal, asegurar la subsistencia de una familia. A pesar de sus reticencias, la única solución que se le ofrecía era abrir un consultorio privado como neurólogo, lo que hizo en 1886. Antes había obtenido una beca gracias a la cual pudo realizar uno de sus sueños: ir a París. En la Salpêtrière conoció a Charcot, quien no se mostró interesado ni por los cortes histológicos que le aportó Freud como testimonio de sus trabajos, ni por el relato del tratamiento de Anna O., cuyos elementos principales le había comunicado su amigo Breuer desde 1882. Charcot no se preocupaba casi por la terapéutica, sino por describir y clasificar los fenómenos para intentar dar cuenta de ellos racionalmente. Freud comenzó utilizando los medios de la hipnosis y la sugestión pero tuvo reservas y decepciones frente a esos métodos.


En 1890 logra convencer a su amigo Breuer para escribir en conjunto una obra sobre la histeria. Su trabajo en común dará lugar a la publicación en 1893 de la Comunicación Preliminar que servirá luego de introducción a los Estudios sobre histeria. Allí ya se encuentra la idea freudiana de la defensa para proteger al sujeto de una representación insoportable o incompatible. El mismo año, en un artículo titulado Algunas consideraciones para un estudio comparativo de las parálisis motrices orgánicas e histéricas, Freud afirma que 'la histérica se comporta en sus parálisis y otras manifestaciones como si la anatomía no existiese, o como si no tuviese ningún conocimiento de ella'. Los Estudios sobre histeria, obra común de Breuer y Freud, aparece en 1895. Además de la comunicación preliminar, comprende cinco observaciones de enfermos: la primera, la de Anna O, redactada por Breuer, en donde se encuentra la expresión talking cure propuesta por Anna O; las cuatro siguientes se deben a Freud. La obra termina con un texto teórico de Breuer y un texto sobre la psicoterapia de la histeria de Freud, en el que puede verse esbozado lo que separará a los dos autores el año siguiente.


En La herencia y la etiología de las neurosis, publicada en 1896 Freud afirma 'una experiencia de pasividad sexual antes de la pubertad, ésta es la etiología específica de la histeria'. El término 'psicoanálisis' es empleado allí por primera vez. También en el transcurso de esos años, la reflexión de Freud sobre la interrupción brutal por Breuer del tratamiento de Anna O lo lleva a concebir la transferencia.


En 1895 redacta el 'Proyecto de psicología para neurólogos' que Freud no publicará nunca y que constituye su última tentativa para asentar la psicología sobre los enunciados más recientes de la neurofisiología. En esta época, Freud ha abandonado la hipnosis y la sugestión, en tanto que inaugura la técnica de la asociación libre. Su posición doctrinal está centrada en la teoría del núcleo patógeno constituido en la infancia con ocasión de un trauma sexual real resultante de la seducción por un adulto. El síntoma es la consecuencia de la represión de las representaciones insoportables que constituyen este núcleo y el tratamiento consiste en volver a traer a la conciencia sus elementos como se extrae un cuerpo extraño, siendo la desaparición del síntoma la consecuencia del levantamiento de la represión.


Antes de la publicación de 'La interpretación de los sueños' Freud está abocado a la tarea de su autoanálisis. En una carta a Fliess de 1897 escribe: 'mi autoanálisis sigue interrumpido. He echado de ver por qué. Sólo puedo analizarme a mí mismo con los conocimientos adquiridos objetivamente (como a un extraño). Un autoanálisis genuino es imposible, de lo contrario no habría enfermedad'. El encuentro con Fliess se remonta a 1887. Freud comienza a analizar sistemáticamente sus propios sueños a partir de julio de 1895. Todo pasa como si Freud, sin darse cuenta hubiese usado a Fliess como intermediario para su propio análisis.


En 1896 muere su padre y 1902 es el año de la ruptura definitiva con Fliess.


En 1900 aparece 'La interpretación de los sueños'. El postulado de partida introduce una ruptura radical con todos los discursos anteriores. El absurdo, la incongruencia de los sueños, no es un accidente de orden mecánico, el sueño tiene un sentido, ese sentido está oculto y no se desprende de las figuras que utiliza el sueño, sino de un conjunto de elementos propios del soñante mismo, es decir que dependemos, para descubrir ese sentido oculto, de las asociaciones producidas por el sujeto. El psiquismo está dividido en dos tipos de instancias que obedecen a leyes distintas y separadas por una frontera: de un lado conciente-preconciente, del otro el inconciente, de tal modo que el sentimiento de unidad de lo mental que es propio del yo es una ilusión.


La soledad de Freud, que duró muchos años, cesó cerca de 1906 con la formación de la 'Sociedad de los miércoles', día de reunión de los primeros adeptos, rápidamente transformada en Sociedad Psicoanalítica de Viena. En 1910 se fundó en Nuremberg la Sociedad Internacional de Psicoanálisis presidida por K. G. Jung, hasta 1914.


Según escribió Freud en Contribución a la historia del movimiento psicoanalítico su destino era 'agitar el sueño de la humanidad. La tarea fundamental del psicoanálisis, le manifestó una vez al novelista S. Zweig, consistía en luchar contra el demonio (el demonio de la irracionalidad) de manera serena. Pero esa misma serenidad, que reduce ese demonio a un comprensible objeto de la ciencia', sólo provocaba que sus ideas acerca de la naturaleza humana parecieran sumamente desalentadoras e inaceptables. No sorprende que, en su mayor parte, la humanidad se haya defendido del mensaje de Freud con negaciones airadas. La creación de Freud, escribe Peter Gay en su biografía de Freud, está comprometida con la indagación más implacable, se presenta como la memoria del ocultamiento, de la hipocresía, de las evasiones bien educadas de la sociedad burguesa. Freud se enorgullecía bastante de ser el destructor de las ilusiones, un ciervo fiel de la veracidad científica. Freud reconocía en él 'una especie de coraje que no se deja afectar por las convenciones', como le escribió a Ferenczi en 1915.


En su carta al doctor Frederik van Eeden, Freud escribe que la guerra de 1914 le hace recordar dos tesis sustentadas por el psicoanálisis que han contribuido a su impopularidad. 'El psicoanálisis ha llegado a la conclusión de que los impulsos primitivos, salvajes y malignos de la humanidad no han desaparecido en ninguno de sus individuos sino que persisten, aunque reprimidos, en el inconciente (…), y que esperan las ocasiones propicias para desarrollar su actividad. Nos ha enseñado también que nuestro intelecto es una cosa débil y dependiente, juguete e instrumento de nuestras inclinaciones pulsionales y afectos, y que todos nos vemos forzados a actuar inteligente o tontamente según lo que nos ordenan nuestras actitudes [emocionales] y resistencias interna'.


Es decir, con respecto a la naturaleza humana, Freud no era optimista, considerando que la civilización encubría una gigantesca hipocresía.


Con Más allá del principio de placer se produce un giro decisivo en el ideario freudiano, obra con la que comienza la revolución metapsicológica de Freud. Al no aceptar disolver la libido en el pantano de una energía universal, a la manera de Jung, ni tampoco sustituirla por una fuerza agresiva, como lo pensaba Adler, Freud reformuló su teoría por razones clínicas, teóricas y epistémicas. Los pacientes confirmaban su punto de vista de que el conflicto se encontraba en el núcleo del ser humano, planteando que existen fuerzas fundamentales que invalidan el principio de placer. De Mas allá.. Lacan dice, 'no existe otro texto que cuestione tan en profundidad el problema mismo de la vida'.

A inicios de los años 20, el psicoanálisis avanzaba en sus teorías revolucionarias sobre política, ciencia y arte de vivir. Su intención era derribar las ideas aceptadas de la humanidad. Pero tampoco se podía esperar que la humanidad lo aplaudiera puesto que Freud le había asestado la tercera y más sensible afrenta a su ingenuo amor propio. La primera había sido enterarse que la Tierra no era el centro del universo. La segunda, cuando la ciencia demuestra que el hombre proviene del reino animal y la tercera, obra de Freud, demostrar que el yo no es el amo en su propia casa sino que depende de unas mezquinas noticias sobre lo que ocurre inconcientemente en su alma. No obstante, la causa analítica se extendía en diferentes países.


Con Psicología de las masas y análisis del yo Freud cuestiona la oposición entre psicología individual y social, subvierte las relaciones sociales ficticias, hechas de mentiras y máscaras, desmitifica los ideales y las ideologías, devuelve la carga dramática a la relación sexual, que no se da entre dos epidermis sino entre dos sujetos que en ella viven el apogeo de su placer, de su falta y de su finitud.


Freud se instala como crítico del lenguaje junto a Wittgenstein, pero a diferencia del filósofo que proponía el quietismo verbal de 'callar acerca de aquello sobre lo que no se puede hablar', Freud exhorta a 'decirlo todo acerca de aquello sobre lo que no se puede hablar'.


El porvenir de una ilusión comienza por donde había terminado Tótem y Tabú, posibilitando que la religión se vuelva accesible a la investigación científica. Freud le niega a la fe cualquier estatuto de verdad revelada. Lo revelado tiene que ser develado subrayando que la creencia en un Dios nace como ilusión primordial total. La teología es el humo que obnubila en el fumadero de opio de los pueblos. Por ello el psicoanálisis se presenta como una ciencia de la desilusión. Ser religioso equivale a ser pasivo, complaciente y dependiente, 'cuanto más accesible se vuelva el tesoro de nuestros conocimientos, más aumentará el abandono de la creencia religiosa'.


A su vez, El malestar en la cultura toma como punto de partida el final de El porvenir de una ilusión, planteando que bajo la influencia del principio de placer nos procuramos 'diversiones poderosas, que nos permitan minimizar nuestra miseria, gratificaciones paliativas, sustancias tóxicas que nos hagan insensibles a ella'. Infelices, buscamos la paz de ser feliz pero los placeres no se comparan con la dosis diaria de infortunio, la cuestión es el sentido de la vida y la religión es otro paliativo. Freud lamenta que el trabajo no sea valorizado por los hombres como camino a una posible felicidad. La gran mayoría solo trabaja por pura necesidad.


El realismo de Freud no abraza ninguna utopía al final del recorrido, señalando que la satisfacción es el espejismo del deseo. 'El malestar en la cultura es reducible al malestar del deseo'. La felicidad es un señuelo, estamos inmersos en el malestar de la imposibilidad. Pero también agrega 'Una cualidad antisocial caracteriza a todas las relaciones sexuales. La pareja se basta a si misma, y las familias también resisten la inclusión en asociaciones más amplias', yendo incluso un poco más allá: contestando la máxima de la devoción cristiana, 'Ama a tu prójimo como a ti mismo' con un 'Mi amor es algo valioso para mí, y no debo desperdiciarlo indiscriminadamente' en función de lo que está ahí y él se atreve a ver de frente y poner sobre papel. 'el prójimo es alguien que intenta satisfacer su agresividad, explotar la capacidad de trabajo de los hombres sin compensarlos, utilizar al otro sexualmente sin su consentimiento, apoderarse de su bienes, humillarlo, causarle sufrimiento, torturarlo y matarlo'. La guerra y la proximidad de la muerte, con Hitler invadiendo Austria lo llevan a no escamotear veracidad en sus palabras.


Para Freud la importancia primordial del psicoanálisis, más allá de una eficacia terapéutica que siempre juzgó restringida, residía en su condición de instrumento para investigar los factores determinantes en el pensamiento y el comportamiento de los hombres.


S. Freud fallece el 23 de Septiembre de 1939 en Londres, Inglaterra.


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Jacques Marie Emile Lacan nació en París, el 13 de abril de 1901 proveniente de una familia de vinagreros. De niño y ante su precocidad intelectual lo ingresan al Colegio Stanislas de París donde realiza sus estudios humanísticos con una formación clásica: latín, griego, alemán, retórica, filosofía y matemáticas. Su adolescencia estuvo marcada, como para toda su generación, por la guerra del 14-18 que los dejó ante el desafío de reconstruir una sociedad que quedó devastada.


Lacan optó primero por los estudios de medicina, luego se especializó en neurología y en psiquiatría. Interno en el hospital de Sainte–Anne fue alumno de Henri Claude y sobretodo de Gaëtan Gatian de Clérambault, brillante psiquiatra de la época de 1920-30 al que Lacan reconoció como su único maestro en psiquiatría.


Así como Freud hace su entrada al campo del inconsciente a través de sus pacientes histéricas quienes le permitieron la invención del psicoanálisis, Lacan lo hace a través de la psicosis. En 1932 defiende su tesis de doctorado en medicina, De la psicosis paranoica en sus relaciones con la personalidad, donde además de recorrer gran parte del concepto de paranoia en la psiquiatría termina por establecer una nueva entidad clínica: la paranoia de autopunición, extraída y construida alrededor de una monografía, el caso Aimée. Lacan determina igualmente las condiciones subjetivas de la prevalencia del doble en la constitución del yo.


En 1932 Lacan inicia su análisis con Rudolph Loewenstein.


En 1936 presenta en el Congreso Internacional de Psicoanálisis en Marienbad, El estadio del espejo como formador de la función del yo. Allí Lacan hace su entrada en el medio analítico con una tesis que vendrá a remover la perspectiva imperante que había hecho del psicoanálisis un refuerzo del yo, proponiendo una clarificación del concepto de narcisismo. Lacan plantea que el yo es otro, ya que el yo se construye a través de la imagen del semejante, es como otro que me veo llevado a conocer el mundo. Una dimensión paranoica es así normalmente constituyente de la organización del yo, el yo es entonces función de desconocimiento y no de conocimiento de sí.


A la par de sus sólidos estudios médicos, Lacan se interesó durante esos años en las letras, trabando amistad con los surrealistas quienes alabaron su tesis de medicina por el lugar que le dio a la escritura en el delirio. Sin ningún amateurismo estudió a los filósofos, a los presocráticos, Platón, Aristóteles, Descartes, Kant y Hegel participando del seminario dictado por Alexandre Kojève acerca de la Fenomenología del Espíritu. Allí conoció a Alexandre Koyré, Georges Bataille y Raymond Queneau. Es así que también estudia la Edad Media con Gilson, la antropología con Mauss, la historia con Bloch. Es seguramente de esos años de gran riqueza cultural y teórica que Lacan extrajo la certidumbre de que la obra freudiana debía ser releída. En 1966 le declaró a Pierre Dax cuando se publicaron sus Escritos: Yo soy aquel que ha leído a Freud.


En 1938 Henri Wallon, psicólogo y médico, director del Laboratorio en la Escuela Práctica de Altos Estudios y quien había sido su profesor le encargó a Lacan un artículo sobre 'La Familia', para la Enciclopedia Francesa. En este artículo se encuentran ideas fundamentales de Lacan sobre la función de la familia, la decadencia de las sociedades y lo que luego va a elaborar como la función paterna.


Ese mismo año se vuelve titular de la Sociedad Psicoanalítica de París (SPP) filial de la Asociación Psicoanalítica Internacional (IPA) fundada por Freud. Allí comienza a ser reconocido por su enseñanza, como didacta y como clínico. Su sentido agudo de la lógica de la locura, su enfoque original del ámbito de la psicosis y la subversiva práctica del psicoanálisis que lleva a cabo, le dieron un punto de referencia a todos aquellos que deseaban romper con el freudismo académico de la primera generación francesa.


En Junio de 1953 surge una primera escisión del psicoanálisis en Francia. Dentro de la SPP se buscaba fundar un instituto de psicoanálisis a partir del cual se obtendría un reconocimiento oficial como psicoanalista a través de un diploma, reservado exclusivamente a los médicos. Surge el debate, dentro del cual Lacan remarca la importancia del texto freudiano, agregando a la formación las materias literarias y culturales, rehusando a la vez, la formalización de los estudios que los llevaban a una burocratización. Al igual que Freud, defendió la posibilidad de la práctica analítica de los no-médicos


En medio de esta crisis, la IPA cuestiona la práctica clínica de Lacan, especialmente en cuanto a la duración de las sesiones, que iba en contra de la doctrina de los 50 minutos que se había impuesto como práctica estándar. Freud había planteado en su primeras formulaciones que el inconsciente no tiene ninguna consideración por el tiempo, por lo cual una sesión no podía estar ceñida al tiempo cronológico


Lacan dimitió de dicha sociedad en compañía de D. Lagache, J. Favez-Boutonier, F. Dolto y fundó con ellos la Sociedad Francesa de Psicoanálisis (SFP), la cual esperó durante diez años su reconocimiento por parte de la IPA.


En 1953 pronuncia su famoso Discurso de Roma, verdadero manifiesto de la naciente Sociedad. Durante los siguientes diez años (1953-1963) Lacan dió un seminario anual en el anfiteatro del Hospital de Sainte-Anne. Todos los viernes hará una presentación de enfermos y los miércoles dictará regularmente su seminario, uno por año, tratando los problemas centrales de la teorización y la práctica del psicoanálisis. Éste seminario fue abierto al público, obteniendo cada vez mayor reconocimiento en el medio intelectual francés, de gran riqueza en esa época.


Lacan ubicó el inicio de su enseñanza bajo el signo de un Retorno a Freud. Este retorno consistió tanto en un trabajo de elucidación como de crítica. En su trabajo de elucidación retomó los textos freudianos a la luz del pensamiento de su época, como la filosofía heideggeriana, la lingüística de Ferdinand de Sausurre y la antropología estructural de Claude Levi-Strauss, quienes le sirvieron, entre otros, de punto de partida. A partir de ahí planteó un cuestionamiento sobre el estatuto de la verdad, del ser y de su develamiento; estableció su teoría del significante y el inconsciente estructurado como un lenguaje. Introdujo los tres registros de la realidad humana: lo simbólico, lo imaginario y lo real.


Su Retorno implicaba también una crítica a todo reduccionismo que pretendía hacer del psicoanálisis una psicología. Con ello Lacan enfrentó a la corriente imperante dentro de la misma IPA, la Ego-Psychology. Esta lectura de Freud implicaba la práctica de un psicoanálisis centrado en ampliar los dominios del yo en el individuo para lograr su adaptación. Lacan opone a esta idea su concepto de sujeto y al igual que Freud aboga por la primacía del inconsciente.


En 1963-1964 la Sociedad Francesa de Psicoanálisis sufre una nueva escisión. Luego de múltiples tentativas de negociación para reintegrar la IPA, ésta pone como condición para dicha afiliación que sean excluidos Lacan y Dolto de la formación de analistas. Recordando a Spinoza, Lacan llamó a esto excomunión. De esa escisión resultó la Asociación Psicoanalítica de Francia afiliada a la IPA y la Escuela Freudiana de París. En el Acta de Fundación Lacan dijo: Fundo, tan solo como lo he estado siempre en mi relación con la causa psicoanalítica, la Escuela Francesa de Psicoanálisis rebautizada luego, como la Escuela Freudiana de París.


El 20 de noviembre de 1963 Lacan comenzó un nuevo seminario: Los Nombres del Padre, que fue interrumpido apenas dictada la primera clase. Hubo de dejar igualmente Saint-Anne, lugar donde efectuaba su enseñanza, para ser acogido primero, por Claude Lévi-Strauss y Louis Althusser. Lacan es nombrado encargado de conferencias en la Escuela Práctica de Altos Estudios y luego, en enero de 1964, comienza en la sala Dussane de la Escuela Normal Superior su onceavo seminario sobre Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis.


A partir de 1964 la audiencia de Lacan se acrecienta de año en año, alimentada principalmente por una nueva generación de jóvenes provenientes de la filosofía, alumnos de Althusser, entre los cuales estaba J. A. Miller quien declara, se trata para nosotros de formarnos en el rigor del concepto. Para adherir a la Escuela, era necesario presentarse formando parte de un grupo de trabajo llamado cartel.


En 1966 el editor F. Wahl reunió los treinta y cuatro artículos más importantes de Lacan en una obra de 900 páginas titulada Escritos, que junto a sus 27 seminarios constituyen gran parte de su enseñanza. Su estilo era considerado oscuro, cuando en realidad se trata de un estilo más bien clásico, de gran belleza, sin ornamento y de gran rigor.


La Proposición del 9 de Octubre de 1967 sobre el psicoanalista de la Escuela que instauraba el procedimiento del Pase, propuesto por Lacan para interrogar el paso del analizante al analista en la EFP fue rechazado por P. Aulagnier, F. Perrier y J-P. Valabrega, entre otros, quienes se van para fundar la Organización Psicoanalítica de Lengua Francesa o Cuarto Grupo.


Viene mayo del 68 y luego un gran revuelo en los seminarios de Lacan, haciendo que el Director de la Escuela Normal Superior adopte un pretexto para anunciar cortésmente a Lacan que no podrá acogerlo en sus locales cuando se reanuden las actividades en 1969. Trescientos alumnos siguen a Lacan para reclamar por su exclusión, liderados por Philippe Sollers y Jean-Jacques Lebel.


Lacan continúa sus Seminarios en la Escuela Práctica de Altos Estudios en el gran anfiteatro de la Facultad de Derecho, donde permanecerá hasta el final de su enseñanza. A los 68 años continúa su docencia con el seminario El Reverso del Psicoanálisis ante un público nuevo y aún más numeroso, abordando el estudio de Los Cuatro Discursos fundamentales: discurso del Amo, discurso de la Universidad, discurso de la Histérica y discurso del Analista.


En 1971-1972 Lacan vuelve a Sainte-Anne para hablar del Saber del Psicoanalista. Se publican sus emisiones Radiofonía y Televisión, al igual que su artículo Lituraterre. La edición escrita de sus seminarios ya ha comenzado y a pesar del deseo que lo anima y no lo abandona jamás, no alcanza a realizar la redacción de uno de los seminarios a los que permanece más apegado: La Ética del Psicoanálisis.


Ante la inminencia de su muerte y lo álgido de los debates al interior de la EFP, Lacan redacta una carta con fecha 5 de Enero de 1980 para anunciar la disolución de la Escuela que había fundado veinte seis años antes, a la vez que llama a asociarse a los que quieran seguirlo para crear una nueva Escuela. Su criterio es claro cuando dice: No tengo necesidad de mucha gente y hay gente de la que no necesito... Luego agrega, Mi fortaleza es saber lo que esperar significa. Lacan muere el 9 de septiembre de 1981.